domingo, 3 de marzo de 2013

Mas de Comuna o Nada!!!!


¡Comuna o nada!

Detrás de la consigna "Comuna ó nada" se encuentra el real sentido de todo el accionar transformador de la revolución bolivariana para la sociedad venezolana que plantea el Comandante Presidente Hugo Chávez y quienes nos decimos ser sus compañeros de lucha. Nada tendría sentido, sino volcamos todo nuestro accionar y pasión en la concreción del estado comunal.

La sociedad primitiva vivió milenios de paz, solidaridad y convivencia, porque vivió en perfecta armonía y comunión (Koinoneo en griego)

La aparición del esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y su hijo predilecto el neo liberalismo, dieron forma al egoísmo, a la avaricia, la ambición, el celo y la competencia como elementos fragmentadores de la sociedad y apareció la funesta práctica del darwinismo social y el "sálvese quien pueda"

Los cristianos primitivos, esos que enarbolaron el reino del amor al prójimo, esos que a la desaparición física de Jesús fundan basados en sus enseñanzas la Comuna de Damasco (Hc. 4, 32ss) vendían sus propiedades y las repartían entre los que estaban abatidos por la pobreza. Nadie decía tener nada, sino que el que tenía bienes materiales en abundancia los repartía entre los pobres de modo que al tener todos lo necesario daban a cada quien según sus necesidades y se dedicaban a la difusión de la liberadora doctrina cristiana haciendo posible el reino del amor (fileo, ágape y eros) entre ellos, es decir vivían a plenitud. Podríamos decir que encontraron el camino a la humanidad amputada y perdida a manos del egoísmo.

Cuando Bolívar, Marx y Engels, denuncian la odiosa división de clases, raíz de todos los males -alentada por el amor al dios dinero-, la llamada sociedad industrial entra en la fase de satanizar toda acción tendiente a la común unión de la raza humana y emprende el exterminio de esa idea, de forma física y espiritual. La academia se lanzó contra toda iniciativa que permitiera al ser humano vivir en paz y armonía. Esa ha sido la historia de al menos los últimos doscientos años de nuestra propia historia.

Cuando en Venezuela insurge el Comandante Chavez con la propuesta del socialismo bolivariano del siglo XXI y se plantea constitucionalmente la construcción del estado social de derecho y de justicia, la refundación de la República y más concretamente en el año 2010, la soberana Asamblea Nacional, en armonía con el Gobierno Revolucionario desarrolla los instrumentos de Ley para darle forma a través de la Ley Orgánica de las Comunas; se reactivaron los viejos demonios contra ese posible estado de felicidad; algunos lo hicieron abiertamente al demandar su nulidad ante el TSJ y otros de forma soterrada acaso por ignorancia, por miedo o por mala fe.

Uno de los más peligrosos enemigos de la concreción de la comuna, lo constituye el vetusto aprendizaje liberal, ese que reza; que hay que tutelar al pueblo porque él solo no puede y en lugar de acompañar ese espléndido proceso se convierten en un obstáculo so pretexto de la lógica liberal burguesa. Ese es el probablemente uno de los escollos más formidables.

Quienes queramos poner por obra el discurso revolucionario, debemos impulsar desde todos los espacios, la concreción de la comuna y dinamitar el estado liberal burgués que fue organizado para defender los intereses económicos, políticos y sociales de la clase dominante y en especial de los dueños de los medios de producción- Hemos de trascender los mecanismos de dominación capaces de mutar en el periodo de transición hacia el socialismo, con la excusa de que hay que enseñar al pueblo, en lugar de aprender de una vez por todas del más sabio, rebelde y levantisco pueblo: el heroico pueblo de Bolívar.

Hemos de entender que Venezuela es hoy en día el epicentro de la mas grande lucha por la liberación de los pueblos además de una modesta contribución a la salvación del planeta. Eso nos dará el argumento espiritual de mayor fuerza, para vencer las oscuras fuerzas internas y externas que pretenden impedirlo.

¡La comuna hará irreversible nuestra revolución!

¡Comuna ó nada es nuestra consigna! ¡Comuna ó Colonia!
¡Comuna ó dominación!
¡Comuna ó atraso!
¡Comuna ó dependencia!

Fraternalmente,

Diputado José Rafael Ávila

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